lunes, 18 de mayo de 2009

TEMBLOR





Brotan de los espejos las savias rancias
empantanando las comarcas
dejando a descubierto las nuevas grietas,
morada austera de duendes celosos
ocultos tras sus mantos
que en mudez, esperan,
escondiendo las llaves nuevas
bajo el agite intenso de las montañas de agua.


Alcanza a humedecer los pies
la espuma blanca,
arrastra consigo los taimados hologramas,
y en el consuelo hambriento de almas fisuradas
indemne floto,
conciente y frágil;
y en tal lejanía de desembarco…
ya rozo la madera de un nuevo puente.