Gimen las garras,
sangran,
corre Baco por sus vértices,
ríen,
y en el temor de sus delicias
pierden el juego que las ha engendrado,
opacan.
Se vuelven flores,
sangran,
alivia el sueño sus cumbres,
lucen,
y gozan en el plató de sus recuerdos,
transmutan.